domingo, 8 de diciembre de 2013

Contra ataque gallego vs argentinos

A ver, vos, no te enojes, tomate un matesito, y te recomiendo que si no te gusta la entrada, acá tenés chistes en el blog de gallegos, de catalanes, de médicos, políticos, y de todos los pelotudos que no hasen más que sonreir porque de chistes se trata.
Que lo pasés repelotudamente bien este domingo.


Aquí va un anticipo de la venganza gallega (humorística)

 
El chico llego casi llorando del colegio:
-¿Qué te pasa, nene?
-Mamá, en el colegio me dijeron que si era judío no era argentino.
-No, mi vida. Vos sos judío y argentino.
-Bueno, pero entonces necesito saber que soy más: ¿argentino o judío?
-Bueno, eso no te lo puedo contestar yo. Cuando venga tu padre se lo preguntas a él.
Cuando llegó su padre, el chico se mandó:
-Papá ¿qué soy yo más, judío o argentino?
-¿Por qué me preguntas eso?
-¡Necesito saberlo!
-¿Para qué?
-Hay un chico que me quiere vender la bicicleta. Por eso quiero saber que soy más.
-No te entiendo.
-Si soy más judío, voy y le regateo el precio, pero si soy más argentino, salgo esta noche y se la afano, ¿entendés?
 
Adivinanzas:
-¿Cómo llaman a los argentinos en Galicia?
-Ni idea.
-Espermatozoides.
-¿Por qué?
-Porque solo trabaja 1 de cada 3.000.000.
 
Anécdota urbana:
La ambulancia llegó velozmente a la escena del accidente de tránsito. Bajaron los enfermeros con 1 camilla. El médico se acercó al argentino que acababa de chocar y le dijo:
-Cálmese. Pronto lo curaremos.
-¡Mi Mercedes! ¡Mi pobre Mercedes! ¡Cómo ha quedado mi Mercedes nuevo!
-Pero, ¡déjese de joder, hombre! Olvídese de su auto. ¡Su brazo izquierdo ha quedado aplastado!
-¡Oh, no! ¡Mi Rolex! ¡Mi pobre Rolex!
 
Un argentino llevaba ya 20 años viviendo en La Coruña. Un día decide visitar al psicoanalista.
-Mire, doctor, lo mío es muy grave. Siento que perdí la identidad argentina. Siento que soy gallego.
-¿Cómo le afecta esto?
-Y… me afecta muchísimo. Cuando escucho un tango, me paro a bailar y termino bailando una Muñeira. Si, por ejemplo, tengo ganas de comer un asado, término pidiendo paella…
-Pierda cuidado. Esto tiene fácil solución.
-¡No me diga!
-Sí. En media hora estará usted curado.
-¿Y como va a hacer, doctor?
-Lo hipnotizaré
-¡Gracias, doctor! ¡No sabe cuanto se lo agradezco! ¡Gracias, gracias!
Con habilidad, el psicoanalista lo hipnotizó y le hizo repetir:
-¡Soy argentino! ¡Soy argentino! ¡Soy argentino!
Exactamente media hora después lo sacó del estado hipnótico.
-Veamos: ¿Se siente usted bien ahora?
-¿Y a vos que mierda te importa, gallego pelotudo?
 
El argentino intenta comprar unos cigarrillos.
-Bueeeenas. ¿Vos sos el dueño de este quiosco?
-Buenos días tenga usted, señor. Verá: esto no es un quiosco, aquí lo llamamos estanco.
-Esteeeeee, a ver, dame cigarrillos de…
-¡Que no los llamamos cigarrillos! Los llamamos pitillos.
-Bueno, y dame también unos fósforos.
-Aquí no los llamamos fósforos, sino cerillas.
-Está bien. Dame unos encendedores.
-Que aquí no los llamamos encendedores. Los llamamos mecheros.
-Decime viejo: ¿Y cómo llaman aquí a los hinchapelotas?
-No los llamamos. Vienen solos, por Aerolíneas Argentinas.

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